Clementina de Córcega (IGP)
Clementina de Córcega (IGP)Origen Francia (Córcega)
Acidez
Amargura
Azúcar
Persistencia en boca
Cosecha
ENE
FEB
MAR
ABR
MAY
JUN
JUL
AGO
SEP
OCT
NOV
DIC
Color
naranja
Asociaciones de sabores
pear, chestnut, apple, pink grapefruit, lime
La etiqueta europea IGP (indicación geográfica protegida) es un distintivo que garantiza el cumplimiento de una estricta y exigente política de calidad en el cultivo de la clementina de Córcega. Los suelos dedicados al cultivo de cítricos en la zona de la IGP de Córcega se distinguen por su acidez y ligereza, que le aportan a las clementinas de Córcega notables cualidades organolépticas. Gracias a la influencia marítima y a la presencia de macizos montañosos, esta zona disfruta de una temperatura templada y unos altos índices pluviométricos e higrométricos que contribuyen a la coloración de la fruta y a su sabor acidulado, con delicados matices dulces. El proveedor seleccionado por Ponthier para sus clementinas es Domaines de la Taste, que cuenta con 70 hectáreas de cultivo en la llanura oriental de Pianiccia. La familia de la Taste, comandada por Bertrand de la Taste y su hijo Yoann, practica una agricultura sostenible, prudente y responsable, con una proporción cada vez mayor de su producción destinada a la agricultura ecológica. Los frutales crecen sin necesidad de insumos gracias a la labor de los insectos que se alimentan de parásitos, la aplicación de abono está perfectamente medida y los suelos se analizan anualmente. La clementina de Córcega se reconoce por sus hojas verdes unidas al pedúnculo, prueba de su frescura. Este cítrico de color naranja con alguna veta verde, de tamaño pequeño y cáscara lisa, fina y brillante, crece al sol, se cosecha a mano en su punto justo de maduración y ofrece unos gajos jugosos, sin pepitas, con un exquisito sabor dulce y refrescante. La singularidad de este delicioso fruto ha inspirado a Ponthier para crear una receta en formato triturado, elaborada con las clementinas enteras. En las instalaciones de Ponthier en Objat, se blanquean dos veces las clementinas, se confitan en frío para que revelen toda su potencia aromática y, finalmente, se trituran. El triturado aporta intensidad y textura a las creaciones pasteleras; además, se puede emplear tal cual o se puede volver a triturar si se precisa un grano más fino.